lunes, 21 de octubre de 2013

Sueño y alzhéimer


   Anciana durmiendo de Nicolas Maes
Según  una investigación del Centro Médico de la Universidad de Rochester, en Nueva York, existe un mecanismo por el que se eliminan residuos del cerebro durante el sueño.
Este descubrimiento podría ayudar a comprender los efectos biológicos del sueño y apuntar a nuevas formas de tratar los trastornos neurológicos.

Para Maiken Nedergaard, codirectora del Centro de Neuromedicina Traslacional del Centro Médico de la Universidad de Rochester (URMC, en sus siglas en inglés) y autora principal del trabajo "el cerebro tiene diferentes estados funcionales cuando duerme y cuando se despierta  y de hecho, la naturaleza reparadora del sueño parece ser el resultado de la liquidación activa de los subproductos de la actividad neuronal que se acumulan durante la vigilia".

El estudio, publicado el pasado viernes  en la revista 'Science', revela que el mecanismo  único en el cerebro para la eliminación de residuos, conocido como el sistema glymphatic es muy activo durante el sueño, suprimiendo  las toxinas responsables de la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos neurológicos. Además, los investigadores encontraron que durante el sueño, las células del cerebro se reducen de tamaño, lo que permite desechar residuos con mayor eficacia.
A través de una serie de experimentos en ratones, los científicos observaron que el sistema glymphatic era casi diez veces más activo durante el sueño y que el cerebro eliminaba significativamente más beta-amiloide cuando los roedores estaban dormidos.

Los investigadores observaron que la hormona llamada noradrenalina es menos activa en el sueño. Este neurotransmisor es conocido por su capacidad de  dispararse  en ráfagas cuando el cerebro tiene que estar alerta, por lo general en respuesta al miedo o a otro tipo de estímulo externo, por lo que los investigadores especulan que la noradrenalina puede servir como un "maestro regulador" del control de la contracción y la expansión de las células del cerebro durante los ciclos de sueño-vigilia.

Nedergaard asegura que estos resultados tienen implicaciones importantes para tratar enfermedades de residuos  en el cerebro, como el alzhéimer. A su juicio, entender exactamente cómo y cuando el cerebro activa el sistema glymphatic  es un primer paso crítico en los esfuerzos para modular potencialmente este sistema y hacer que funcione de manera más eficiente.

jueves, 17 de octubre de 2013

Estupenda mirada divulgativa sobre el alzhéimer

La web aboutalz.org. ofrece a través de cinco  vídeos de corta duración  una información amplia y rigurosa de diferentes aspectos de la enfermedad de Alzheimer, desde la genética de la enfermedad hasta su epidemiología, pasando por aspectos generales, sociales y de investigación. Han sido realizados sin animo de lucro  con el apoyo de la Alliance for Aging Research y vienen acompañados de múltiples recursos informativos y educativos que ayudan a obtener una perspectiva global de la enfermedad. En mi opinión es una estupenda aproximación a la enfermedad que puede ser muy útil no solo para los profesionales de la información sanitaria sino para el resto de los agentes sociales implicados en la enfermedad de Alzheimer.

Aquí va el primero:



miércoles, 16 de octubre de 2013

Telómeros y alzhéimer


Según un pequeño estudio piloto publicado en la edición digital de Lancet Oncol 2013, el cambio en el estilo de vida, principalmente en la alimentación, el ejercicio físico, el control del estrés y una buena relación social, puede dar lugar a telómeros más largos, las partes de los cromosomas relacionadas con el envejecimiento. 

Los telómeros son estructuras especializadas situadas en los extremos de los cromosomas, que los protegen de posibles fusiones y de su degradación, con lo que se garantiza la estabilidad de los cromosomas y viabilidad de las células;a medida que se hacen más cortos y conforme su integridad estructural se debilita, las células envejecen y mueren más rápido.

En los últimos años los telómeros más cortos se han asociado con una amplia gama de enfermedades relacionadas con el envejecimiento,como es la enfermedad de Alzheimer, tal y como ya indicaba en 2012 Lawrence S.Honig en la revista Archives of Neurology.

"Nuestros genes y nuestros telómeros, no marcan necesariamente nuestro destino", asegura ahora el autor principal del trabajo publicado en Lancet, Dean Ornish, fundador y presidente del Instituto de Investigación de Medicina Preventiva de Sausalito en California y miembro de la Academia de Medicina de California. 

Durante cinco años,el equipo de de Dean Ornish realizo un seguimiento a 35 hombres con cáncer de próstata localizado, en fase inicial, para observar la relación entre los cambios integrales de estilo de vida y la longitud de los telómeros y la actividad de la telomerasa. Todos ellos estaban bajo vigilancia activa, que consiste en seguir de cerca la patología de un paciente a través de la detección y la biopsia. 

Diez de los pacientes llevaron a cabo cambios de estilo de vida: dieta basada en vegetales (rica en frutas, verduras y cereales no refinados y baja en grasas y carbohidratos refinados), ejercicio moderado (caminar 30 minutos al día, seis días a la semana), reducción del estrés (práctica de yoga suave basado en estiramientos, respiración y meditación), además de participar en un grupo de apoyo semanal. Los otros 25 participantes del estudio no modificaron sus hábitos de vida. 

Al final del estudio de cinco años, el grupo que realizó los cambios de estilo de vida experimentó un aumento significativo en la longitud de los telómeros de aproximadamente un 10 por ciento. Por el contrario, los hombres del grupo de control tenían una longitud de los telómeros casi un 3 por ciento más corta. 

Para Peter R. Carroll, coautor del estudio "El acortamiento de los telómeros aumenta el riesgo de una amplia variedad de enfermedades crónicas, creemos pues que el aumento de longitud de los telómeros puede ayudar a prevenir estas enfermedades e incluso prolongar la vida pero este hallazgo tiene que ser confirmado por estudios más amplios".

jueves, 10 de octubre de 2013

Informe Mundial Alzheimer 2013


Según el Informe Mundial de  2013 'Journey of Caring: Un análisis de la atención a largo plazo para la demencia , el aumento en el mundo de enfermos de  alzhéimer está creando una escasez crónica de personal que les atienda.
A nivel mundial, el 13 por ciento de los mayores de 60 años necesitan atención a largo plazo y en 2050, el número total casi se triplicará pasando de 101 a casi 277 millones.
 Martin Prince, profesor en el Instituto de Psiquiatría del King's College de Londres y autor del informe, asegura que las autoridades sanitarias y de atención social necesitan admitir rápidamente que las personas con demencia tienen necesidades especiales y  que, a comparación de  otros enfermos cronicos,  necesitan más atención y una mayor supervisión, todo lo cual se asocia con una mayor carga sobre los cuidadores y unos costes economicos más elevados."Sus necesidades de atención comienzan pronto en el inicio de la enfermedad y evolucionan constantemente con el paso del tiempo, requiriendo una planificación, seguimiento y coordinación anticipados", añade.
El informe de Alzheimer's Disease International (ADI) considera que  los gobiernos deberían convertir la enfermedad de Alzheimer en una prioridad aplicando planes nacionales y comenzando un debate urgente sobre cómo asegurar la atención a largo plazo para las generaciones futuras.
Según datos del informe, el coste mundial de los cuidados por demencia supera los 600.000 millones de dólares, lo que supone alrededor del 1 por ciento del Producto Interior  Bruto global, una cifra que sólo puede aumentar dada la mayor esperanza de vida. Por ello la ADI considera que los presupuestos para investigación sobre esta enfermedad, sus causas, tratamiento y atención deben multiplicarse por diez para mitigar el impacto social del aumento previsto de casos.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Sobre la perdida de memoria relacionada con la edad y no con el alzhéimer


Según un estudio publicado el pasado agosto en la revista Science, la pérdida de memoria relacionada con la edad no sólo es un síndrome sin relación alguna con la enfermedad de Alzheimer, sino que a diferencia de ésta, podría ser reversible y prevenible.

Eric Kandel 
La investigación liderada por el premio Nobel, Eric Kandel ha utilizado cerebros humanos donados y cerebros de ratones de laboratorio,      identificando
por primera vez los defectos moleculares que causan el envejecimiento cognitivo.

Para comprobar que la molecula RbAp48 juega un importante papel en la retención de la memoria, el equipo inhibió la producción de la proteína en ratones jóvenes.Los animales presentaron deficiencias cognitivas relacionadas con la edad como dificultad para trasladarse  y reconocer objetos.
Posteriormente, encontraron que al incrementar el nivel de RbAp48, los ratones viejos recuperaban enormemente sus funciones mentales.

El estudio ha puesto de manifiesto que esta proteína es abundante en el hipocampo -región del cerebro donde se forman los recuerdos de personas jóvenes-. pero se vuelve cada vez más escasa a medida que se envejece. Este resultado abre la vía desarrollar terapias que permitan mantener una buena memoria a edades avanzadas. También aporta pruebas concluyentes de que la pérdida de memoria asociada a la edad es un síndrome en sí mismo, diferente de la enfermedad de Alzheimer.

Ultimas invetigaciones sobre la relación del estrés con el alzhéimer



Ya en junio de 2011, tras analizar algunos estudios epidemiológicos, científicos alemanes del Instituto Max Planck de Psiquiatría en colaboración con colegas de la Universidad de Minho en Braga (Portugal), demostraron que el estrés y las hormonas liberadas durante estos estados de ansiedad, podían acelerar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Comprobando que había una asociación entre el estrés y una mayor hiperfosforilación de la proteína tau en el hipocampo y la corteza prefrontal de las ratas que habían sido sometidas a estrés durante una hora diaria en un período de un mes. Según explicaba Osborne Almeida, del Instituto Max Planck de Psiquiatría, "Nuestros hallazgos demuestran que las hormonas del estrés y el estrés pueden causar cambios en la proteína tau, como los que se presentan en la enfermedad de Alzheimer".

Posteriormente, el trabajo de un equipo de investigadores, coordinado por Robert A. Rissman, de la Universidad de California, en San Diego (EE.UU.) y publicado en 2012 en The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), afirmaba que el estrés crónico desencadena la producción y acumulación de agregados insolubles de proteínas tau, en las células cerebrales de los ratones, los agregados de proteínas son similares a los ovillos neurofibrilares (NFTs),las estructuras de proteínas modificadas que son una de las características fisiológicas del alzhéimer. El coordinador de la investigación afirmaba que los hallazgos podrían explicar, en parte, por qué los estudios clínicos han encontrado un fuerte vínculo entre las personas propensas al estrés y el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y explicaba también que «el estrés agudo puede ser útil para la plasticidad del cerebro, y ayuda a facilitar el aprendizaje. Pero, sin embargo, el estrés crónico y la activación continua de las vías del estrés pueden llevar a cambios patológicos en los circuitos».

En 2011, la investigadora española Maite Solas Zubiaurre sostenía en su tesis doctoral ,parte de la cual se desarrolló  en el Instituto Karolinska, en Estocolmo (Suecia),uno de los centros más importantes del mundo en la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer, que los factores ambientales como el estrés podrían  estar influyendo ya en un aumento de la incidencia de la enfermedad de Alzheimer en nuestra sociedad.

Ahora un estudio publicado el pasado 30 de septiembre en la revista BMJ Open, insiste en la  idea de que factores comunes de estrés psicosocial pueden tener consecuencias severas y prolongadas tanto de tipo fisiológico como de tipo psicológico,pudiendo relacionarse  el número de factores de estrés  con un mayor riesgo de padecer demencia y especialmente alzhéimer.

A lo largo de esta última investigación, dirigida por la psiquiatra Lena Johansson de la Academia Sahlgrenska de la Universidad deGotemburgo, 800 mujeres suecas nacidas entre 1914 y 1930 fueron sometidas a tests neuropsiquiátricos desde 1968 y 2005 de manera periódica. En cada visita, aparte de las pruebas habituales, cada participante debía relatar si sufría síntomas relacionados con el estrés, como irritabilidad, miedos frecuentes o problemas de sueño.Además, en su primer encuentro con los investigadores, a estas mujeres se les preguntó sobre cómo les afectaban 19 factores estresantes comunes, como haberse divorciado, haberse quedado viuda, tener algún familiar con enfermedades mentales, sufrir problemas en el trabajo, o necesitar ayuda social del Estado.

Según los datos del trabajo, un 25% de la muestra reconoció experimentar uno de esos factores estresantes en su vida, mientras que el porcentaje de quienes tenían más de cuatro quebraderos de cabeza importantes en sus vidas ascendía al 16%. El problema más frecuente citado por las mujeres fue tener un pariente cercano aquejado de un trastorno psiquiátrico. Un 19% de la muestra -unas 153 mujeres- desarrollaron algún tipo de demencia, siendo alzheimer en  104 de ellas.


Así pues, las conclusiones alertan sobre la estrecha relación entre el número de situaciones de estrés   que sufre una persona en la mitad de su vida y la posibilidad de sufrir demencia décadas después, pero reconocen también  que serán  necesarios más estudios que confirmen estos resultados e indaguen si es necesario poner en marcha iniciativas para manejar el estrés en determinados pacientes para  preservar su salud y prevenir así el alzhéimer.

martes, 1 de octubre de 2013

El investigador español Rafael Yuste, galardonado con el premio más prestigioso de EEUU



La agencia de investigación médica más importante de EEUU ha concedido al español Rafael Yuste, su premio más relevante: el NIH Director’s Pionner Award. El catedrático de Ciencias Biológicas y Neurociencias de la Universidad de Columbia (Nueva York) empleará los 2,5 millones de dólares del galardón para descifrar los circuitos neuronales de la corteza visual del ratón con técnicas innovadoras, una vía para conocer mejor las enfermedades mentales y el pensamiento humano. 
El NIH de EE.UU, entidad de carácter público, ha concedido a Yuste y a otros 11 científicos este prestigioso premio  creado en 2004 y que dota con medio millón de dólares anuales, durante cinco años, a científicos que tengan iniciativas altamente innovadoras en el campo de la biomedicina.
Según ha  indicado  en un comunicado el director del NIH, Francis S. Collins, esta entidad  se siente orgullosa de poder ayudar a los investigadores imaginativos capaces  de transformar campos de la ciencia y acelerar la traslación de sus investigaciones a la mejora real de la salud.  
Yuste, pionero en la utilización de láseres para medir la actividad neuronal en ratones, ha declarado  que el premio les permitirá a él y a su equipo "explorar a fondo los circuitos de la corteza visual del ratón y probar una hipótesis nueva sobre cómo funciona la corteza del cerebro".
El premio, que apoya proyectos científicos innovadores, encaja en las características de las investigaciones de Yuste. "La mayoría de los investigadores piensan que la corteza está construida de una manera muy compleja y que funciona de una manera muy específica, mientras que nosotros apostamos por pensar es una red neuronal con un diseño simple, con poca especificidad estructural pero con una enorme plasticidad", asegura el investigador.
"Vamos remando en contra y este premio nos dará aliento para seguir por este camino, haciendo experimentos para comprobar cuál de las hipótesis es cierta", ha afirmado el galardonado  desde San Sebastián, donde participa en el Congreso 'Passion for Knowledge'
El investigador español, elegido como uno de los  científicos más prometedores de 2013 por la revista Nature, es uno de los creadores del plan respaldado por el presidente Barack Obama para realizar un completo mapa del cerebro, proyecto que cuenta con una dotación de 100 millones de dólares en fondos públicos, es además, uno de los investigadores del exclusivo Howard Hughes Institute, que incluye a 15 premios Nobel y también  codirector del Instituto Kavli,promotor también  del proyecto para trazar el mapa del cerebro que ayudara a conocer con mucha mayor precisión muchas  enfermedades cerebrales entre las que se encuentra  el alzhéimer.