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miércoles, 10 de septiembre de 2014

Se asocia el consumo de benzodiazepinas con el riesgo de padecer alzhéimer


Según sugiere el artículo publicado ayer en The British Medical Journal el uso a largo plazo de benzodiazepinas  para problemas de ansiedad y de sueño puede estar relacionado con el riesgo de padecer alzhéimer.
El  equipo de investigadores con sede en Francia y Canadá se propuso investigar la relación entre el riesgo de la enfermedad y la toma  de  benzodiazepinas durante varios años, así como una posible relación dosis-respuesta.

Utilizando datos de la base de datos del programa de seguro de salud de la región canadiense de Quebec (RAMQ), los investigadores siguieron el desarrollo de la enfermedad  en una muestra de residentes de edad avanzada a los cuales se había prescrito benzodiazepinas.
Durante un período de al menos seis años, se identificaron 1.796 casos de la enfermedad de Alzheimer. Posteriormente se comparó cada caso con 7.184 personas sanas agrupados por edad, sexo y duración del seguimiento.
Los resultados muestran que el uso  de las benzodiazepinas durante tres meses o más se asocia con un mayor riesgo (hasta un 51%) de padecer alzhéimer. La  asociación se incrementa con la exposición más larga y con el uso de las benzodiacepinas de acción prolongada en lugar de los de acción corta.

La investigación hace hincapié en que la naturaleza de la relación aún no es definitiva, pero alerta sobre  la fuerte asociación observada con el consumo  durante largo plazo.
Las benzodiazepinas son para los investigadores, "valiosas herramientas para el manejo de los trastornos de ansiedad y el insomnio transitorio",  pero advierten que los tratamientos "deben ser de corta duración y no superior a tres meses."
Los autores concluyen que sus hallazgos son de gran importancia para la salud pública, especialmente teniendo en cuenta la prevalencia y cronicidad del consumo de benzodiazepinas en la población de edad avanzada y la alta y creciente incidencia de demencia en los países desarrollados.

La profesora Kristine Yaffe, de la Universidad de California en San Francisco  recuerda que ya en 2012 la Sociedad Americana de Geriatría al actualizar  su lista de medicamentos inapropiados para los adultos mayores incluyó  las benzodiazepinas precisamente a causa de sus efectos secundarios cognitivos no deseados.